LA RESTAURACIÓN ABSOLUTISTA (1814-1820):
Fernando VII entró en España el 22 de marzo de 1814. A su llegada a Valencia recibió dos apoyos, uno militar y otro político, reafirmaron sus intenciones de derogar la Constitución y restaurar el absolutismo.Un grupo de diputados conservadores presentó el manifiesto de los persas, un escrito en el que exigían la abolición de la constitución de Cádiz y la reimplantación de la absolutismo. La constitución fue derogada y se recuperaron las instituciones de gobierno propias del Antiguo Régimen.
Los liberales fueron condenados a prisión o a destierro. Se restablecieron los señoríos feudales, se restauró el tribunal de la inquisición y se aceptó el regreso de los jesuitas. Respecto a las propiedades desamortizadas, El rey se negó a devolver aquellas que se habían expropiado antes del 1814. La restauración absolutista de Fernando VII contó con un contexto internacional favorable. Austria, Rusia, Prusia y la misma Francia tras la recuperación de la monarquía borbónica, se unieron en una coalición llamada la santa alianza con el objetivo de restaurar y defender las monarquías absolutistas.
El retorno al antiguo régimen no ayudó al país a recuperarse de la grave situación económica. La actividad económica había quedado paralizada por el conflicto y el mercado interior estaba totalmente desarticulado, el Estado estaba en bancarrota económica, a esta situación hubo que añadir el desarrollo de los movimientos emancipadores de las colonias americanas.
La guerra también implicó cambios en el ejército, creció gracias a la incorporación de los antiguos cabecillas guerrilleros. Se empezó a contar con un ejército nacional que se incorporaba diferentes ideologías. Esta situación, favoreció A las rebeliones militares o pronunciamientos, protagonizados por militares afines a la ideología liberal.
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